Tegucigalpa – En medio de la creciente preocupación por las políticas migratorias estadounidenses, el experto del FOSDEH, Mario Palma, ha señalado las serias limitaciones que enfrenta Honduras para gestionar posibles deportaciones masivas de connacionales. Su análisis subraya la vulnerabilidad del país ante las decisiones migratorias de Estados Unidos, considerando la profunda interdependencia económica y comercial entre ambas naciones.
Palma destaca la necesidad crucial de adoptar un enfoque estratégico en las relaciones con Estados Unidos, dada su importancia como socio comercial y destino principal de la migración hondureña. Según el economista, la situación requiere una cuidadosa consideración de los acuerdos internacionales existentes y el desarrollo de estrategias efectivas para proteger a los migrantes hondureños y sus familias.
Respecto al programa gubernamental «Hermano, vuelve a casa», Palma expresó su apoyo a la iniciativa, reconociéndola como un paso positivo para atender las necesidades de los retornados. Sin embargo, también señaló que el desafío va más allá de las medidas inmediatas de asistencia, pues implica una compleja reintegración económica y familiar de los deportados.
El experto enfatizó un punto fundamental: ninguna sociedad está completamente preparada para recibir un retorno masivo de sus ciudadanos en el extranjero. Esta realidad plantea desafíos significativos en términos de integración social y económica, requiriendo una planificación exhaustiva que contemple tanto las necesidades inmediatas como las implicaciones a largo plazo.
La advertencia del FOSDEH resalta la urgencia de desarrollar un plan integral que no solo aborde las consecuencias inmediatas de las deportaciones, sino que también considere las posibles demandas y responsabilidades internacionales que Honduras podría enfrentar en este contexto. Este llamado a la acción preventiva refleja la complejidad del desafío migratorio y sus múltiples dimensiones sociales, económicas y diplomáticas.