El Global Gateway es el programa de la Unión Europea que pretende apoyar la transición verde, digital y justa en todos sus países asociados.
Por DW
«La cantidad de niños que deja de ir a la escuela porque sus padres no tienen el dinero para la merienda o los diez centavos para ir de su casa a la escuela es para llorar», dice a DW María Zubieta, portavoz de la Fundación ProEd en Panamá. En Bruselas, en la conferencia del Global Gateway para la Educación, la especialista en educación subraya la importancia de difundir el mensaje: es vital escolarizar a los niños, no sacarlos de las escuelas. Aunque tengan que trabajar.
En la conferencia del Global Gateway -el programa global de la Unión Europea que pretende apoyar la transición verde, digital y justa en todos sus países asociados- se enfocó la inversión en la educación como factor clave para acabar con las desigualdades desde diversos puntos de vista: como componente básico de la tradicional ayuda al desarrollo, como piedra angular de la ayuda humanitaria y, sobre todo, como un campo para atraer inversiones a los países en desarrollo. También inversiones digitales.
Formación, espacio de encuentro
«Aunque es un arma de doble filo, porque insistir en la digitalización puede funcionar en unos contextos y en otros no, hay que promoverla. Hay que incluir a los países que aún no tienen el acceso global a plataformas digitales a esta discusión”, dice a DW Anna Ferreira, integrante del Comité Juvenil de Asesores de la Unión Europea (UE).
Como representante de las juventudes de Civicus, plataforma internacional de organizaciones de la sociedad civil, Ferreira recuerda que la dramática experiencia con la pandemia del COVID cambió la concepción de los espacios educativos. «La información puede ser digital, pero la formación es un espacio de encuentro», subraya.
«No obstante, no se puede decir desde Bruselas que se van a crear tácticas de educación global. Deben ser adaptadas localmente”, subraya Ferreira. Las altas tasas de abandono en América Latina y el Caribe, las deficiencias en la calidad de aprendizaje, la crítica falta de acceso a la educación en áreas rurales y para minorías difieren de país a país, pero están presenten en toda la región.
«En el salón de clases se cambia el mundo”, es una de las frases recurrentes en esta discusión. ¿Pero si no hay acceso a esas aulas?
Sobre las soluciones para el deficiente nivel de educación y escolarización en los países socios de la UE, entre ellos los de América Latina y el Caribe, hay un amplio abanico: desde aumentar los fondos para la cooperación -destinándola, por ejemplo, a formación de personal docente- hasta la condonación de la deuda externa para que los países en desarrollo tengan más presupuesto para dedicar al sector social.
Las inversiones en la digitalización de la región son el atractivo para el sector empresarial. Por otro lado, también está el ámbito regulador: la posibilidad de reforzar la directiva de prohibición de entrada al mercado europeo de productos generados con trabajo infantil.
En la conferencia internacional en Bruselas, desde su experiencia diaria en educación para avanzar en desarrollo en América Latina y el Caribe, ¿cómo ven las especialistas el enfoque de erradicar el trabajo infantil para avanzar en la educación? «
«No hay una solución que encaje para todos», responde a DW Anna Ferreira. «En el caso venezolano hay mucha población migrante que tiene que trabajar a temprana edad. Ideal es que la juventud se enfoque en formarse, pero no es la realidad. En estos espacios europeos podemos trabajar por avanzar en soluciones a ecosistemas diferentes”, agrega.
«Como en los concursos de belleza en los que desean la paz mundial, podría desear educación para todos. No va a ser así”, afirma María Zubieta. No obstante, «podemos encontrar vías alternas para darle escolarización al niño, para no explotarlo. La educación es un derecho humano, sí, pero no está garantizada para todos. Hay que enfocarse en escolarizarlo, incorporarlo a la vida útil y no explotarlo”, concluye.