El juicio contra el gigante tecnológico Google comenzó este martes en un tribunal estadounidense con una sesión inaugural en la que la acusación -el Gobierno de Estados Unidos- prometió desvelar las tácticas de la compañía para monopolizar el negocio de los buscadores.
La compañía tecnológica aseguró que “esta demanda tiene muchos defectos y nos complace que el Tribunal la haya reducido significativamente, desestimando las reclamaciones relativas al diseño de la Búsqueda de Google”.
“Google mantuvo ilegalmente un monopolio durante más de una década”, sentenció el subdirector de la división civil del Departamento de Justicia, Kenneth Dintzer, al final de su intervención, quien fue la primera de la jornada y del proceso.
La empresa tiene planeado demostrar en el juicio que sus acuerdos de distribución de búsqueda reflejan las elecciones de los navegadores y los fabricantes de dispositivos en función de la calidad de los servicios y las preferencias de los consumidores.
En un comunicado afirmaron que “facilitar que las personas obtengan los productos que desean, beneficia a los consumidores y está respaldado por la ley antimonopolio estadounidense”.
Asimismo, aseguran firmemente que “la gente no usa Google porque tiene que hacerlo, sino porque quiere”.
Las inclinaciones de los fabricantes
Los creadores de navegadores como Apple y Mozilla eligen incorporar un motor de búsqueda predefinido y promueven la competencia por la elección de dicho motor, seleccionando al proveedor de búsqueda más destacado para sus usuarios. “Trabajamos arduamente para asegurarnos de ser la elección preferida en esa ubicación, con el objetivo de que los usuarios puedan acceder de manera sencilla a la Búsqueda de Google”, afirman en el comunicado.
Los líderes de Apple han dicho que eligen a Google porque es “el mejor”, según aseguró Tim Cook, ceo de la empresa cupertina.
Google menciona que Bing y Yahoo! también le pagan a Apple para que aparezca en Safari, y asimismo, aparecen otros servicios rivales.
De manera similar, Mozilla opta por presentar a Google como el motor de búsqueda predeterminado en su navegador Firefox y, asimismo, brinda oportunidades promocionales a otros proveedores de búsqueda como Bing y Yahoo.
Cuando se trata de Android, Google dice que se ofrece a los fabricantes de teléfonos la alternativa de preinstalar gratuitamente servicios populares de la empresa en la pantalla de inicio de los dispositivos. También se proporciona compensación económica a los fabricantes de dispositivos y operadores a cambio de promocionar servicios como Chrome y Search, de forma análoga a la manera en que un supermercado podría cobrar a una marca de cereales por destacar sus productos en un estante a la altura de los ojos o al final de un pasillo.
Los fabricantes de dispositivos y los operadores tienen la posibilidad de utilizar Android, que es de código abierto, de manera gratuita y desarrollar un teléfono sin necesidad de formalizar un acuerdo con Google. Al optar por incorporar los servicios de Google, les proporciona una ventaja competitiva para competir con el iPhone de Apple y contribuye a cubrir sus costos, permitiéndoles ofrecer una amplia variedad de dispositivos Android, incluyendo algunos que tienen un precio inferior a los 100 dólares. “Nuestros acuerdos de distribución en Android no han tenido un impacto negativo en la competencia; de hecho, han fomentado la misma”, dice Google.
En la entrada que Google publicó en su blog incluso explica como cambiar su motor de búsqueda por otro en diferentes modelos de dispositivos. Agrega que en particular, en 2014, cuando Mozilla decidió crear Yahoo! el motor de búsqueda predeterminado, muchas personas volvieron a Google.
Finalmente, a pesar de haber desarrollado una herramienta que simplifica la gestión de campañas publicitarias en varias plataformas, se ha planteado por parte de algunos fiscales generales estatales la opinión de que Google debía haber ampliado las capacidades de SA360 para los anuncios de Microsoft tan rápido como Microsoft lo requería, en lugar de priorizar las necesidades de sus clientes.
La legislación de los Estados Unidos no establece la obligación de anteponer las preferencias de los competidores por encima de las de los clientes. Además, Microsoft, que dispone de considerables recursos, ha decidido no crear su propia herramienta de gestión de motores de búsqueda.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha pasado tres años construyendo el caso, que se inició cuando Trump era presidente y que heredó el demócrata Joe Biden cuando llegó al poder en 2021. A la demanda del Ejecutivo se ha sumado una coalición de 38 fiscales generales estatales.
Para defenderse, la tecnológica ha contratado a cientos de personas, a tres poderosos bufetes de abogados y ha gastado millones de dólares en honorarios legales y cabilderos.