Tegucigalpa – El pasado martes, la comunidad de San Antonio de Oriente, en el departamento de Francisco Morazán, quedó conmocionada tras el hallazgo del cuerpo sin vida de Leonela Cabrera, una estudiante de tan solo 19 años.
La joven fue encontrada en condiciones atroces: decapitada y con evidentes signos de violación y tortura.
Leonela, quien era estudiante del Instituto San Antonio de Oriente, fue descubierta por lugareños que, consternados, alertaron a las autoridades locales. La escena del crimen fue asegurada por agentes de la Policía Nacional, quienes esperaban la llegada del equipo forense para realizar el levantamiento del cadáver y llevar a cabo las investigaciones pertinentes.
El horrendo crimen de Leonela se suma a una serie de casos alarmantes de violencia contra las mujeres en Honduras. En lo que va del año, más de 30 mujeres han sido brutalmente asesinadas en diferentes partes del país, un indicador alarmante que pone de manifiesto la grave situación de seguridad que enfrentan las mujeres hondureñas.
El año pasado, en el 2023, se registraron un total de 380 muertes de mujeres en Honduras, cifra que refleja una crisis de violencia de género que requiere una respuesta urgente por parte de las autoridades y de la sociedad en su conjunto.
La impunidad y la falta de medidas efectivas para prevenir y combatir la violencia contra las mujeres continúan siendo desafíos importantes que enfrenta el país.
