La Unión Europea trabaja ya en el decimoséptimo paquete de sanciones contra Rusia. Pese a que el margen para ello es cada vez menor, porque ya hay sanciones en vigor sobre buena parte de los intercambios con Rusia, se trata de un intento de ejercer “más presión” contra Moscú.
Por El País
El ataque de este domingo, con más de 30 civiles fallecidos en la ciudad de Sumi, muestra que el Kremlin no solo tiene un “nulo” interés en un alto el fuego, sino que se está “burlando” de los esfuerzos internacionales y de Estados Unidos en ese sentido, según han constatado este lunes los ministros europeos de Exteriores reunidos en Luxemburgo.
“Rusia se está burlando de los esfuerzos [de paz]”, denunció el ministro polaco de Exteriores, Radoslaw Sikorski. “Espero que [el presidente estadounidense Donald] Trump vea que Rusia se está burlando de su buena voluntad”, agregó, con visible indignación. “Rusia solo está usando este tiempo para reforzarse militarmente y eso debería estar claro también para EE UU”, coincidió su colega austriaca, Beate Meinl-Reisinger. También el español José Manuel Albares denunció la “nula voluntad” de Moscú para “avanzar en un alto el fuego que puede ser un primer paso hacia una paz justa y duradera”. Al igual que otros ministros, Albares abogó por incrementar como sea la presión, si bien eludió unirse a los llamamientos de países como Francia, que también han pedido a Washington que lance nuevas sanciones, “para forzar a Putin a sentarse en la mesa de negociaciones”, dijo el titular francés de Exteriores, Jean-Noël Barrot.
En cualquier caso, es lo que la UE ya está haciendo. Menos de dos meses después de que los Veintisiete aprobaran formalmente el decimosexto paquete de sanciones, coincidiendo con el tercer aniversario del inicio de la guerra, Bruselas ya trabaja intensamente en uno nuevo, que podría estar listo para la nueva cita de ministros, a mediados de mayo.
Según la alta representante para la Política Exterior de la UE, Kaja Kallas, este nuevo paquete podría ampliar las sanciones a la flota fantasma rusa con la que Putin intenta esquivar las restricciones contra el comercio de petróleo. Kallas ha aludido a la posibilidad de castigar más profundamente al sector del gas y del petróleo ruso. La estonia ha destacado también la importancia de que los “aliados internacionales” —en una mención indirecta a Estados Unidos— también impongan nuevas sanciones a Rusia.
“La única manera de lograr que Rusia negocie seriamente es poner más presión (…) Vemos que Rusia realmente quiere la guerra y todos los que quieren que la matanza se detenga deben ejercer la máxima presión sobre Rusia”, reclamó. Kallas celebró en este sentido la cada vez mayor ayuda militar europea a Ucrania —los compromisos este año ya superan los 23.000 millones de euros, por encima de los 20.000 del año pasado, aunque recalcó que aún son insuficientes—, así como que su plan para proporcionar dos millones de proyectiles de artillería a Kiev este año esté ya a “dos tercios” del objetivo final, según reveló.
Parte del apoyo a Ucrania consiste también en darle claramente la espalda a Moscú. Durante la cita en Luxemburgo, varios ministros manifestaron su preocupación por la posibilidad de que algunos países europeos acudan al gran desfile militar en Moscú del 9 de mayo, una de las principales celebraciones anuales de Rusia, que conmemora la victoria sobre Alemania en la II Guerra Mundial, y que constituye una demostración de su fuerza militar. Al menos un líder balcánico, el primer ministro serbio, Aleksandar Vucic, ha confirmado ya su asistencia al desfile moscovita, al igual que hizo a finales del año pasado el primer ministro eslovaco, Robert Fico. Ante esta situación, Kallas advirtió de que “varios Estados miembros dijeron claramente que cualquier participación en las celebraciones o desfiles en Moscú el 9 de mayo no será tomado a la ligera en el lado europeo, teniendo en cuenta que Rusia está librando una guerra a escala completa en Europa”. También el ministro Sikorski declaró: “La presencia de cualquier representante de un país miembro o candidato en Moscú sería una desgracia para dicho país”.
En el encuentro en Luxemburgo se habló de la posibilidad de celebrar una cita informal de ministros en Ucrania de cara a esa fecha, en la que la UE celebra a su vez el Día de Europa. Según reveló Sikorski al término del encuentro, la invitación la planteó el ministro de Exteriores ucranio, Andrii Sybiha, durante la alocución a sus colegas europeos por videoconferencia, a los que propuso una reunión en Lviv el 9 de mayo. “Pienso que es una gran idea demostrar que Europa está ahí, en Ucrania, y no del lado de Putin en Moscú”, explicó Sikorski, cuyo país ostenta este semestre la presidencia de turno del Consejo de la UE. Kallas evitó pronunciarse sobre la invitación concreta, aunque recordó que siempre ha alentado a líderes e instituciones europeas a viajar a Kiev “lo más posible” para mostrar “solidaridad” con Kiev. “Por supuesto que siempre estamos analizando opciones para visitar Ucrania”, aseveró.
Mientras se cocinan las nuevas sanciones a Rusia, otro paquete contra Irán ya está listo. Los ministros de Exteriores dieron su visto bueno a la inclusión en la lista negra a siete individuos y dos entidades iraníes responsables de “graves violaciones de derechos humanos, incluido el uso de la justicia como una herramienta de detención arbitraria”.