En Anfield, Liverpool remontó la serie ante Barcelona, ganó 4-0 en un partido que quedará en la historia y jugará otra vez la final de la Champions League.
El tanto de Luis Suárez y los dos goles de Lionel Messi habían sido la diferencia entre Barcelona y Liverpool en la ida. Después, en el juego, había sido mejor el equipo inglés.
Hoy, en Anfield, los de Jürgen Klopp volvieron a ser mejores, pero ésta vez lo pudieron demostrar en el resultado.
Ya a los seis minutos, Divock Origi abrió el marcador después de una mala salida de Jordi Alba, de un flojo partido en los noventa.
En el comienzo del segundo tiempo, el balón era del Barça y también la serie. No obstante, otra mala salida cambió los planes y Georginio Wijnaldum marcó el 2-0.
Dos minutos después, Wijnaldum saltó entre Piqué y Lenglet como si fuese centrodelantero desde siempre y empató la serie.
Con la igualdad en el global, la visita volvió a tomar el protagonismo, pero con mucha frialdad. Después, el 4-0 fue verdaderamente insólito: Alexander-Arnold hizo rápido el córner con todo el Barcelona de espaldas y Origi marcó la remontada.
