Son de uso cotidiano, nos ayudan y simplifican las tareas y nunca nos imaginamos que fueron probados primero por astronautas a miles de kilómetros fuera de la Tierra.
Por Infobae
Más allá de su avanzada en materia espacial y liderar ese segmento desde la Guerra Fría con los rusos, la NASA siempre se caracterizó por su lema “En beneficio de todos”, lo que implica que sus inventos y desarrollo continúan por ‘efecto derrame’ hacia la sociedad.
Aunque siempre estamos muy pendientes de los grandes avances que hace la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) en el espacio, pocas veces prestamos atención a todos sus aportes que utilizamos en nuestra vida diaria, muchas veces simplificándonos la vida y haciendo más fácil distintas tareas.
Todos esos aportes que residen en un beneficio concreto, fueron ideas, pensamientos y hasta locuras esbozadas por sus científicos para mejorar el trabajo de los astronautas. Y es que varios de los objetos que usamos cotidianamente en nuestra casa, oficina, club, transporte o al aire libre se deben al genio de muchos investigadores de la agencia espacial estadounidense. Y aunque son muy numerosos los objetos o dispositivos creados desde la década del 50, hemos resumido en 10 los más utilizados.
1- Filtros de agua
Lo utilizamos en nuestras casas u oficinas para limpiar de impurezas el agua o inclusive, quitarle gran parte del cloro que tiene. Son los filtros de agua y aunque los básicos existían desde mediados de la década de 1950, no fue hasta que la NASA inyectó recursos en su investigación para el programa Apolo en 1963 que comenzaron a surgir los sistemas de filtración modernos. La NASA dirigió la investigación en esta área, ya que sería necesario mantener grandes cantidades de agua sin contaminar durante largos períodos de tiempo en condiciones extremas.
Para lograr este objetivo, la NASA desarrolló un sistema que funciona utilizando la capacidad del carbón para absorber contaminantes y partículas presentes en el agua cuando se trata especialmente. Este tratamiento, esencialmente un proceso de oxidación que abre millones de pequeños poros entre los átomos de carbono en el carbón vegetal, amplificó la capacidad de absorción del carbón vegetal, que con su gran superficie porosa proporcionó muchos sitios para que los contaminantes se unieran químicamente a través de la atracción. Esto dejó el agua resultante libre de impurezas.
2- Espuma de memoria
En la década de 1970, la NASA inventó la espuma templada o temper, un material amortiguador diseñado para que sean más cómodos los asientos de las naves espaciales. Los ingenieros observaron las condiciones de la espuma y además de los asientos, se animaron a colocarlas en los cascos de los astronautas para ayudar a mitigar algunas de las fuerzas extremas a las que estarían a la atmósfera terreste.
La espuma Temper es un poliuretano tratado con productos químicos adicionales que tiene una alta viscosidad y densidad, propiedades ideales para absorber impactos significativos y resistir el flujo de energía. La espuma es viscoelástica y sensible a la temperatura, lo que significa que cuando se presiona contra una fuente de calor, como un ser humano. Se amolda a esa forma, ayudando al ajuste y reduciendo espacios no deseados.
La espuma templada se lanzó a la esfera pública a principios de la década de 1980, y pronto se recogió y se utilizó en equipos médicos, como colchones de espuma templada y equipos deportivos, como cascos de fútbol americano y cascos para ciclistas.
3- Descubrimiento del mouse
El estadounidense Bob Taylor, considerado uno de los pioneros de la tecnología informática, trabajó en sistemas de control de vuelo para la NASA. En su búsqueda de una manera más fácil de operar computadoras, creó, junto con Douglas Engelbart, un dispositivo señalador experimental, que llamaría mouse o ratón. Pese a competir con otro invento como el lápiz óptico, la mayoría de los investigadores involucrados dieron por ganador al mouse.
Taylor dejó la compañía para unirse a la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada (ARPA) y ahí emprender el desarrollo de Internet. En 1970, pasó al Centro de Investigación de Xerox ubicado en Palo Alto, California, donde rediseñó el ratón. Sin embargo, hasta 1984 el mouse siguió siendo un objeto para pocos. Sólo entonces Steve Jobs lo popularizó mediante su compañía Apple.
4- El microprocesador
Técnicamente, la NASA no inventó el circuito integrado, acreditado al ingeniero eléctrico Jack Kilby en 1958, sino que inventó variantes más nuevas y avanzadas. Como no existían computadoras suficientemente pequeñas y potentes para pensar en el desarrollo de sistemas para naves espaciales tripuladas propuso una tarea que involucró a organizaciones comerciales y académicas para colaborar en el rediseño de tecnología informática para vuelos espaciales.
Para el programa Apolo se inició la revolución de los microprocesadores: uno de los primeros usos de alto perfil de esta tecnología fue en la Computadora de Guía Apolo. Con su interfaz DSKY, proporcionó cálculo y control a bordo para la navegación, así como la operación del Módulo de Comando y el Módulo Lunar. Actualmente, los circuitos integrados se pueden encontrar en casi todas las áreas de la vida, desde teléfonos móviles y computadoras personales hasta microondas y calculadoras en todo el mundo.
5- Herramientas inalámbricas
Después de que Kennedy anunciara el programa Apolo en 1961, comenzó una avalancha de investigaciones sobre los aspectos prácticos de los vuelos espaciales tripulados. Uno de los avances más notables fue la invención colaborativa de la NASA con la empresa de herramientas Black&Decker en un taladro inalámbrico, una herramienta que podía girar pernos en gravedad cero sin hacer girar al astronauta. A partir de esto, el programa de investigación desarrolló herramientas inalámbricas para una variedad de propósitos, incluido un martillo perforador inalámbrico que podría usarse para extraer rocas de la superficie de la Luna.
Estas herramientas funcionaron explotando la tecnología emergente de celdas electroquímicas recargables a pequeña escala que podrían agruparse para formar un paquete de baterías capaz de entregar suficiente energía para generar la cantidad requerida de par necesario para perforar la corteza superficial de la luna. Hoy en día, esta tecnología se ha vuelto común y generalizada, y la mayoría de las herramientas funcionan con un paquete de baterías inalámbrico que se puede recargar entre usos. Curiosamente, fue directamente de la investigación realizada por la NASA en la década de 1960 que Black&Decker desarrolló la aspiradora de mano inalámbrica ‘Dust Buster’.
Continúe leyendo aquí