Tegucigalpa – El Congreso Nacional de Honduras se encuentra sumido en una creciente confrontación verbal a medida que la elección del Fiscal General y Adjunto continúa sin resolverse, paralizando tanto el debate sobre este tema como la agenda legislativa en su totalidad.
La tensión llegó a un punto crítico cuando la diputada Maribel Espinoza, del Partido Salvador de Honduras (PSH), respondió enérgicamente a los comentarios y declaraciones del diputado oficialista Rasel Tomé.
Este último había tildado a Espinoza de «golpista» debido a su oposición a la idea de realizar un plebiscito para elegir al Fiscal General y Adjunto, argumentando que esta propuesta no se ajustaba a la Constitución.
En su respuesta, la diputada Espinoza desafió públicamente a Tomé a presentar pruebas que respaldaran sus acusaciones, subrayando que ella no había participado en política ni se encontraba en el país durante el período al que se refería como «golpe».
Además, enfatizó que no tenía ninguna condena por delitos y no figuraba en ninguna lista de corrupción, a diferencia de algunas figuras de Libre.
La discusión no se detuvo ahí, ya que Espinoza también arremetió contra varios miembros de la bancada de Libre y acusó a Tomé y otros miembros de su partido de intentar difamarla debido a su firme defensa de la democracia y el Estado de derecho. En última instancia, señaló que tales críticas carecían de fundamento y no podían sostenerse por sí mismas.
Este intercambio de acusaciones refleja la creciente polarización y la agria controversia que rodea la elección del Fiscal General y Adjunto en Honduras, un proceso que ha dejado una profunda división en el Congreso Nacional y en la opinión pública.
La falta de consenso y los desacuerdos políticos han llevado a un estancamiento en la agenda legislativa, lo que agrava aún más la situación política en el país centroamericano.