Tegucigalpa – En la mañana del miércoles, un trágico incidente sacudió a la comunidad de El Rosario, en Santa Rosa de Copán, al occidente de Honduras. Un nieto atacó brutalmente a su abuela con al menos seis machetazos después de que ella se negó a darle dinero para drogas y alcohol, según relataron los vecinos.
El agresor, sin mostrar señales de arrepentimiento, afirmó que una voz interior le ordenó cometer el acto. Otra versión de los vecinos sugiere que el nieto actuó bajo órdenes de un sicario, añadiendo una capa de misterio y horror a la situación.
Las autoridades policiales deberán investigar para determinar la hipótesis central de este atroz suceso que ha dejado consternada a la comunidad.
El joven agresor, de 31 años, fue detenido por los propios vecinos antes de ser entregado a la policía. La anciana, de 85 años, fue trasladada en estado crítico a un centro asistencial, luchando por su vida.
Este tipo de actos violentos, donde los familiares se convierten en agresores, son cada vez más comunes en Honduras.
El país se encuentra sumido en una crisis socio-política profunda, donde la inseguridad y la falta de oportunidades laborales son una cruel realidad para muchos.
Mientras las autoridades insisten en que hay avances, la población sigue sufriendo las consecuencias de una realidad marcada por la violencia y la escasa o nula inversión en el desarrollo social y económico del país.