La conductora de TV aseguró sentirse “avergonzada” por promover un mensaje nocivo para su público.
Por Infobae
La reconocida presentadora y magnate de los medios de comunicación Oprah Winfrey reconoció su “importante rol” en la perpetuación de la cultura moderna de las dietas, y expresó su deseo de apoyar a su audiencia en la adopción de una mentalidad más saludable hacia la imagen corporal.
En un especial en vivo de Weight Watchers transmitido en YouTube, declaró: “Quería reunirnos a todos porque creo que hemos llegado a un momento crucial en la forma en que hablamos y pensamos sobre nuestros cuerpos”.
La presentadora admitió que ha participado activamente en la promoción de dietas a lo largo de su carrera, y afirmó: “He sido uno de los principales contribuyentes. No puedo ni decir cuántos programas de adelgazamiento y cambios de imagen he hecho ya que han sido un elemento básico desde que trabajo en televisión”.
Sus comentarios surgen tras su especial televisivo Shame, Blame and the Weight Loss Revolution (Vergüenza, culpa y la revolución de la pérdida de peso), donde abordó el auge de los medicamentos para adelgazar y la necesidad de combatir el estigma asociado al sobrepeso.
“Vengo a esta conversación con la esperanza de que podamos empezar a liberar la vergüenza y el juicio”, enfatizó Winfrey en aquella ocasión. “Dejar de avergonzar a otras personas por tener sobrepeso o por cómo deciden perder o no perder peso es lo más importante, dejar de avergonzarnos a nosotros mismos”, agregó.
Un mes antes del programa, la conductora abandonó la junta directiva de Weight Watchers (empresa enfocada en programas dietéticos integrales) tras revelar que había comenzado a tomar medicamentos para adelgazar. Ella había sido la imagen de la marca durante casi una década y donó sus acciones al Muse Smithsonian de Historia y Cultura Afroamericana.
“Hemos sido criticados. Hemos sido examinados. Nos han avergonzado. Y nos han dicho que, a menos que cumplamos con un cierto estándar de tamaño, no merecemos ser aceptados o incluso amados”, reflexionó en el reciente especial.
“Compartí ese infame carro lleno de grasa en The Oprah Show y ese es uno de mis mayores arrepentimientos”, confesó, refiriéndose a un episodio de 1988 en el que presentó 30 kilos de grasa animal como representación del peso que perdió a causa de una dieta líquida.
Al recordar ese momento, Winfrey reconoció que estableció un estándar difícil para la audiencia: “Al día siguiente comencé a recuperar peso”.
La popular figura de la pantalla chica explicó que el origen de esas inseguridades se originaron en 1985, cuando fue críticamente cuestionada sobre su peso por Joan Rivers durante su primera aparición en The Tonight Show. “¿Cómo ganaste peso?” fue la incisiva pregunta que le realizaron, a lo que ella respondió nerviosa: “Comí mucho…”
Lejos de mostrar empatía, Rivers fue directa y replicó: “No, no, no, no, no, no quiero oírlo. Eres una chica bonita y estás soltera. Debes perder peso”. “Ese fue el comienzo de un círculo vicioso que terminó con esa dieta líquida, donde literalmente me maté de hambre durante meses”, recordó Winfrey.
El daño emocional que este momento le ocasionó fue arrastrado a lo largo de los años. A pesar del dolor y la vergüenza que estas experiencias le produjeron, lo ve como una oportunidad para iniciar una conversación necesaria sobre la aceptación corporal. “Es realmente difícil amar tu propio cuerpo cuando todo el mundo te dice que no valía la pena amarlo”, expresó Winfrey.
“Incluso hasta la semana pasada, alguien sacó el tema. Dijeron: ‘Oh, debes haber estado muy enojada’. Y les diré que nunca se me ocurrió enojarme. Pensé que lo merecía, es difícil amar tu propio cuerpo cuando todo el mundo te dice que no valía la pena amarlo”, sostuvo.
Sabe que la autoestima no puede aparecer de la noche a la mañana, pero alentó a su audiencia a cambiar de mentalidad. “Cualquiera que sea su camino, dejemos de avergonzarnos y permitamos que las personas procesen lo que ellos también han estado internalizando durante años. De eso se trata esta conversación”, concluyó.