Tegucigalpa – La lucha del pueblo misquito contra la construcción de una cárcel de máxima seguridad en su territorio alcanzó este 23 de diciembre los 28 días de protestas continuas, según informó Mirna Wood, destacada dirigente de esta comunidad.
La líder indígena denunció que las manifestaciones ya han cobrado una vida, mientras los pobladores mantienen su resistencia bajo condiciones adversas.
El proyecto gubernamental, impulsado por la presidenta Xiomara Castro a través del Consejo Nacional de Defensa y Seguridad (CNDS), contempla la construcción de un centro penitenciario con capacidad para 20,000 internos en la región de Mocorón.
Esta iniciativa ha generado un rechazo unánime entre la población local, movilizando a aproximadamente 400 misquitos que se han instalado en la zona para impedir el inicio de las obras.
La tensión ha escalado después de que el jefe de las Fuerzas Armadas manifestara su determinación de ejecutar el proyecto por órdenes presidenciales.
En respuesta, Wood ha hecho un llamado urgente a los diputados de todos los partidos políticos para intervenir y evitar un potencial conflicto. «Ustedes pueden evitar el derramamiento de sangre en la Mosquitia», expresó la dirigente en un mensaje difundido por redes sociales.
Los líderes locales, incluyendo al alcalde de Wampusirpi, Marcelo Antonio Herrera, han señalado que la región tiene necesidades más apremiantes, como la pavimentación de la pista en Puerto Lempira, un proyecto pendiente desde hace más de dos décadas. «Necesitamos otras cosas y no la cárcel porque no queremos mareros en La Mosquitia», manifestó el edil.
La oposición al proyecto ha unificado a diversos sectores de la comunidad, incluyendo ancianos, pueblos indígenas, alcaldes y consejos territoriales. La diputada Erika Urtecho, representante de la región, ha recibido el respaldo del Partido Liberal en su postura contra la construcción del centro penitenciario.
Mientras la tensión aumenta, la comunidad misquita mantiene su posición firme de defender su territorio, advirtiendo que más de dos mil personas están dispuestas a unirse a las protestas si el gobierno persiste en su intención de construir la cárcel en Mocorón.