Este 5 de noviembre, Estados Unidos se encuentra en el centro de una de las elecciones más disputadas de su historia reciente, con la actual vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump como principales contendientes por la Casa Blanca.
Desde la apertura de las urnas, la tensión ha sido palpable, mientras ambos candidatos intensifican sus esfuerzos para captar el apoyo de los votantes.
Hasta el momento, Trump ha logrado asegurar 111 colegios electorales, destacando victorias en estados clave como Kentucky, Indiana, Florida y Tennessee.
Por su parte, Harris ha obtenido 52 colegios electorales, con triunfos en estados como Vermont, Massachusetts y Maryland. Los resultados reflejan una división notable entre los electores, con ambos candidatos realizando campañas centradas en temas que resuenan profundamente en la población.
Trump, quien se mostró confiado tras emitir su voto en Florida, ha enfatizado que su verdadero adversario es un “sistema demócrata malvado”. En contraste, Harris ha instado a los votantes a participar activamente en el proceso electoral, afirmando: “Hoy es el día de la votación, y la gente tiene que salir y ser activa”.
Los estados bisagra, como Pensilvania, Míchigan, Wisconsin, Arizona, Georgia, Nevada y Carolina del Norte, son cruciales para alcanzar los 270 votos electorales necesarios para la victoria. La carrera está reñida, y cada voto cuenta en estos territorios donde las preferencias políticas pueden cambiar drásticamente.
A medida que avanzan los resultados, se han presentado algunas controversias. El fiscal de distrito de Filadelfia descalificó las acusaciones de Trump sobre fraude electoral, instando al expresidente a presentar pruebas si las tiene. Mientras tanto, la comunidad electoral sigue atenta a cómo se desarrollarán los conteos en los estados clave.
Con una jornada marcada por la participación activa de los votantes y un ambiente de incertidumbre sobre el resultado final, tanto Trump como Harris están preparados para una contienda que podría definir el rumbo del país durante los próximos cuatro años. La batalla por la Casa Blanca continúa, y el desenlace promete ser tan electrizante como impredecible.
