Tegucigalpa – El apoderado legal de los policías que pasaron por el proceso de depuración entre 2016 y 2018, Abel Orellana, ha confirmado que el Poder Ejecutivo ha tomado la decisión de permitir el reingreso de aproximadamente dos mil agentes a la Secretaría de Seguridad.
Este paso ha sido acompañado por un proceso de capacitación y actualización, que busca garantizar que estos efectivos estén plenamente preparados para retomar sus responsabilidades laborales.
Esta acción ha sido realizada bajo la supervisión de la ya extinta Comisión Especial para el Proceso de Depuración y Transformación de la Policía Nacional, que fue establecida de acuerdo a lo establecido en la Ley Especial para la Depuración Policial.
El proceso de reintegro es una manifestación de la voluntad del gobierno de brindar oportunidades a aquellos policías que habían sido depurados, pero que han demostrado un compromiso genuino con su labor y su rectitud en el desempeño de sus funciones.
Según el abogado, los dos mil agentes que han sido reintegrados deben renunciar a las acciones legales que puedan haber estado en curso, en un intento de comenzar una nueva etapa, un “borrón y cuenta nueva”.
A pesar de su reinserción en sus puestos de trabajo, los beneficios a los que tendrán acceso dependerán del criterio de los jefes policiales y de las políticas internas de la institución.
Sin embargo, se ha señalado que algunos de los policías reintegrados han expresado su descontento al ser asignados al sistema penitenciario en lugar de funciones operativas dentro de la policía.
Esto plantea un desafío adicional en la gestión de los recursos humanos y en la adaptación de estos agentes a roles que pueden ser diferentes a los que desempeñaron anteriormente.
Vale la pena recordar que durante el gobierno de Juan Orlando Hernández, un total de cuatro mil 627 miembros de la Policía Nacional fueron sometidos a un riguroso proceso de depuración entre los años 2016 y 2018.
Este proceso buscó fortalecer la integridad y la eficacia de la institución policial, asegurando que quienes la integren sean personas idóneas y comprometidas con el servicio público.
El reciente reintegro de dos mil agentes plantea nuevos escenarios y desafíos en la dinámica laboral y operativa de la policía hondureña.
