Tegucigalpa. – El jefe de Comandos de Incidencias de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), Marvin Aparicio, informó que la víctimas mortales tras el paso de la tormenta tropical Iota ascienden a 18 y los afectados más de 900 mil.
De los fallecidos, cuatro fueron por ahogamiento y 14 fueron víctimas de derrumbes. El total de afectados ya son 902 mil 264 por el paso del fenómeno natural.
Los albergues habilitados son 98, con más de 95 mil 292 personas albergadas en todo el país.
Esperan que a medida que las condiciones mejoren las personas vaya abandonando los albergues hacia sus viviendas, de lo contrario permanecerán en los mismos el tiempo que sea necesario.
De igual forma, Aparicio detalló que tres mil 602 viviendas resultaron dañadas y 39 mil 864 viviendas afectadas.
Los puentes destruidos son 25, 24 dañados y 140 tramos carreteros destruidos, y explicó que al ir bajando el agua se pensaba que los tramos carreteros se iban a ir habilitando, sin embargo, se encontraron muchos más dañados.
El funcionario dijo que el aeropuerto internacional Ramón Villeda Morales de San Pedro Sula continúa los trabajos de limpieza.
Cabe señalar que el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), estimó este viernes, que las pérdidas en Honduras son por más de 125 mil millones de lempiras a raíz de los daños provocadas por las lluvias de Eta y Iota.
Lo anterior es un gran golpe a la economía, porque muchos de los afectados son de la población económicamente activa.
Por su parte, el jefe de Alerta Temprana de Copeco, Juan José Reyes afirmó que los cuerpos de socorro han hecho lo humanamente posible para atender a la población durante esta emergencia.
“La respuesta que se ha dado ha sido muy alta, hemos estado a través de los organismos de cooperación, a través de la logística disponible, a través del Sinager (Sistema Nacional de Gestión de Riesgos) y las Fuerzas Armadas”, apuntó.
“Todavía tenemos como objetivo primordial el rescate de personas, sacar a personas que están en lugares inundados”, aseguró.
“Hemos tenido tres o cuatro días de tregua con respecto a las lluvias, esto permite que baje el nivel del agua, pero necesitamos más tiempo para poder observar cómo estas aguas empiezan a drenar en un porcentaje importante”, mencionó.
Las estadísticas puedan cambiar a medida vayan bajando los niveles de inundación, “hay daños que no los hemos contabilizado porque el nivel del agua no nos los ha permitido ver”, puntualizó.
