Tegucigalpa – Las recientes políticas arancelarias implementadas por el presidente estadounidense Donald Trump están provocando serias repercusiones en los mercados globales, afectando particularmente al sector cafetalero hondureño, uno de los pilares de la economía nacional.
El economista Roberto Lagos ha llamado la atención sobre esta situación, instando a un análisis más profundo: «Ya deberían estar analizando los vendedores de ilusiones la reciente caída en los precios del café y el impacto que esto podría tener en la industria hondureña». Lagos enfatizó que la economía debe entenderse como un sistema complejo donde interactúan diversos factores, y no simplificarse a operaciones básicas.
Miguel Pon, presidente ejecutivo de la Asociación de Exportadores de Café de Honduras (Adecafeh), confirmó la tendencia negativa en los precios internacionales. «El viernes pasado bajó 19 dólares y este lunes ya bajó otros 14 dólares más. Todos los mercados a nivel mundial han estado en rojo los últimos días», señaló el dirigente.
Según especialistas del sector, desde que se anunciaron las nuevas tarifas, el precio internacional del café ha experimentado una caída cercana a los 60 dólares, lo que representa un duro golpe para las proyecciones de ingresos por exportaciones de este producto en Honduras, considerado uno de los principales generadores de divisas para el país.
Esta situación pone en riesgo no solo los ingresos de miles de productores, sino también las estimaciones financieras nacionales, en un momento donde la economía hondureña busca recuperarse de diversos impactos externos.
Los analistas coinciden en que la respuesta a esta crisis no debe orientarse hacia la dependencia de barreras comerciales, sino hacia el fortalecimiento de la competitividad del sector. «Mantener una ventaja a base de aranceles no es sostenible. Hay que mejorar la productividad y presentar una oferta más sofisticada», han señalado los expertos.
Este escenario plantea nuevos desafíos para las autoridades económicas hondureñas, que deberán diseñar estrategias de mitigación frente a estos impactos externos, mientras se trabaja en fortalecer la cadena productiva del café para hacerla menos vulnerable a las fluctuaciones de los mercados internacionales.