El papa Francisco ha denunciado las tragedias de inmigrantes en el Mediterráneo y ha expresado su preocupación por la falta de empatía y compasión en la sociedad actual.
En una carta escrita por el décimo aniversario de su primer viaje a la isla de Lampedusa, el papa lamenta las repetidas y graves tragedias en el Mediterráneo y destaca la muerte de inocentes, especialmente niños, que buscan una vida mejor lejos de la violencia y la guerra. El papa describe esta situación como una vergüenza para una sociedad que ha perdido la capacidad de llorar y empatizar con los demás.
El papa Francisco recuerda en la carta su visita a Lampedusa en 2013, durante la cual expresó su apoyo y cercanía a aquellos que habían llegado a las costas después de travesías peligrosas en el mar. El papa hace un llamado a cambiar de actitud y a acoger a los hermanos que llaman a la puerta, afirmando que todos somos responsables de mostrar solidaridad y cuidado hacia los inmigrantes.
El papa destaca el papel de la Iglesia en este sentido, llamándola a salir de sí misma y aplicar la hermandad y la caridad a las heridas de los inmigrantes, que son las mismas heridas de Cristo.
En conclusión, el papa Francisco insta a la sociedad y a la Iglesia a mostrar compasión y solidaridad hacia los inmigrantes, y a no dejarse llevar por el miedo y las lógicas parciales. Él enfatiza la importancia de acudir en ayuda de aquellos que llegan por mar y de tratarlos con dignidad y amor.