Tegucigalpa – La violencia contra las mujeres en Honduras persiste como una problemática alarmante que sigue cobrando vidas. En esta triste mañana en el barrio El Faro de Puerto Cortés, se ha sumado otro desgarrador caso de feminicidio a la larga lista de atrocidades de género en el país.
Esta vez, la víctima fue Ana Maribel Alvarado, una mujer de 30 años que sufrió un ataque brutal mientras se disponía a llevar a su hija menor de edad a la escuela.
La escena fue tan espantosa como lamentable.
Ana Maribel, en un acto cotidiano de cuidado maternal, estaba acompañada de su hija cuando un individuo armado la interceptó y le disparó repetidamente.
El agresor, sin mostrar remordimiento, huyó del lugar, dejando atrás una niña traumatizada que había sido testigo del asesinato de su madre.
Los esfuerzos por salvar la vida de Ana Maribel resultaron en vano, ya que las heridas eran tan graves que los médicos no pudieron hacer nada para rescatarla. Esta terrible tragedia subraya una vez más la cruel realidad que enfrentan las mujeres hondureñas.
Las autoridades policiales han iniciado una investigación para descubrir el motivo detrás de este atroz acto y para dar con el paradero del culpable. Hasta ahora, no se ha determinado si Ana Maribel había recibido amenazas previas o si este ataque fue simplemente un acto de violencia sin sentido.
Con este feminicidio, el número asombrosamente alto de 281 casos registrados en Honduras en lo que va del año se hace aún más escalofriante, según datos del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
Esta cifra indignante refleja la falta de protección y justicia para las mujeres en el país, subrayando la urgente necesidad de abordar este problema de manera efectiva y poner fin a esta dolorosa realidad que persiste en Honduras.
