Tegucigalpa – El expresidente hondureño, Juan Orlando Hernández, se encuentra en el segundo día de su juicio por narcotráfico en la Corte del Distrito Sur de Nueva York.
En una jornada marcada por los argumentos iniciales tanto de la defensa como de la fiscalía estadounidense, el escrutinio sobre las acusaciones contra el exmandatario ha tomado un nuevo rumbo.
El jurado, compuesto por trabajadores de la salud, consultores y estudiantes, recibió las instrucciones del juez Kevin Castel antes de que se presentaran los alegatos. La fiscalía estadounidense inició con un discurso contundente, caracterizado por descripciones gráficas de la presunta implicación de Hernández en una conspiración para violar las leyes de narcóticos de EE.UU.
El fiscal destacó el papel central del expresidente en el tráfico de cocaína y la protección a traficantes, alegando que su ascenso político fue financiado por capos de la droga, incluido su propio hermano.
El testimonio del testigo José Sánchez, alias “El Contador”, quien no enfrenta cargos en tribunales estadounidenses, proporcionó una visión detallada de la supuesta relación entre Hernández y el narcotráfico. Sánchez afirmó haber sido testigo de entregas de dinero y acuerdos entre Hernández y prominentes traficantes.
La defensa, por su parte, desestimó los testimonios de los testigos de la fiscalía, argumentando que son delincuentes en busca de reducción de sentencias. El abogado Renato Stabile insistió en la integridad de Hernández y su lucha contra el narcotráfico, señalando reducciones significativas en la violencia y el tráfico durante su mandato.
El juicio, que promete ser prolongado y complejo, ha generado tensiones en la Corte del Distrito Sur de Nueva York.
A medida que se presentan las pruebas y se escuchan los testimonios, la atención mundial se centra en el destino del expresidente hondureño y las implicaciones políticas y legales que su juicio pueda tener en la región.
