Un informe reciente analiza las evidencias de explotación de oro de aluvión en Colombia y deja entrever que el rol del crimen organizado en el sector es más importante de lo que se sospecha.
Por InSight Crime
El 21 de noviembre, Candice Welsch, representante de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) para la Región Andina y el Cono Sur, presentó el informe de esta organización sobre la explotación de oro de aluvión (EVOA)—depósitos auríferos en márgenes y lechos de ríos— en Colombia durante 2022.
Entre los principales hallazgos, la delegada destacó una reducción de 4% en el área explotada, a la par de un desalentador aumento de la explotación ilegal, de 73% para 2022 —5.000 hectáreas más que en 2021—. Esto incluyó un aumento de 11% en la explotación minera en departamentos del sur de Colombia, como Putumayo y Caquetá.
De las zonas con explotación sostenida o estable, el 72% es explotada ilegalmente. Según el informe, la ilegalidad persiste porque los grupos armados, atraídos por la alta rentabilidad del oro en el mercado internacional, refuerzan su control en estas zonas y buscan sacar provecho de las ganancias de esta actividad.
Durante la presentación del evento, Welsch destacó la convergencia entre la minería y otro tipo de delitos en Colombia.