Los deseos expansionistas del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, han llevado al mundo a mirar en las últimas semanas a Panamá después de que el mandatario insistiera en su intención de recuperar el control sobre el canal interoceánico, vital para el comercio marítimo global. Tal es su interés en el país que será la primera parada de su secretario de Estado, Marco Rubio, en su primer viaje internacional esta misma semana. No será la única cita de alto nivel en la nación centroamericana, que este miércoles y jueves albergará un encuentro que quiere convertirse en referente latinoamericano de las discusiones sobre el futuro económico de la región.
Por El País
En un momento en el que el regreso del republicano a la Casa Blanca implica un cambio de paradigma en la política y economía internacional, el Foro Económico Internacional América Latina y el Caribe, que se celebra el 29 y 30 de enero en Ciudad de Panamá, representa una oportunidad para que la región reflexione sobre cómo retomar la senda del crecimiento justo y sostenible. Una conversación en el centro del continente hecha por y para los latinoamericanos y caribeños. En la capital panameña, representantes de los Gobiernos nacionales, el sector privado y organismos internacionales de primer nivel debatirán “estrategias innovadoras que impulsen la productividad y el bienestar de nuestra población en balance con la naturaleza”, asegura el presidente de CAF-banco de desarrollo de América Latina y el Caribe, que organiza el evento en alianza con el grupo PRISA y World in Progress (WIP).
“Un espacio ideal de construcción de redes”
La primera edición de este encuentro será “un espacio ideal de construcción de redes para las autoridades del Gobierno, líderes empresariales y del mundo multilateral”, afirma Díaz Granados en un video en el que invita a participar en el evento.
Entre los participantes en el foro, estarán los presidentes de Panamá, José Raúl Mulino, y Paraguay, Santiago Peña; el ex primer ministro italiano Matteo Renzi; el secretario Ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs, la secretaria Ejecutiva del Convenio sobre la Diversidad Biológica, Astrid Schomaker, el presidente de Grupo PRISA, Joseph Oughourlian, y la directora de EL PAÍS, Pepa Bueno.
También habrá seis charlas magistrales a cargo de Rebeca Grynspan, secretaria general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo -UNCTAD; Stanley Motta, presidente de la junta directiva de Copa Holding; Olivia White, socia senior y directora del McKinsey Global Institute, McKinsey & Company; Rachel Adams, fundadora y CEO del Centro Global de Gobernanza de la IA; Jeremy Rifkin, sociólogo y economista; y Laura Richardson, generala retirada del ejército de los Estados Unidos.
Las charlas y conferencias abordarán los retos y desafíos pendientes de América Latina y el Caribe, una región tan diversa como desigual, que, a pesar de su riqueza natural y cultural, ha visto su crecimiento económico estancado, con un promedio anual que apenas ronda el 1,6%, golpeada por males endémicos como la informalidad laboral, y que aún mantiene altos índices de pobreza y desnutrición.
El presidente de CAF identifica, además, un reto adicional. “Somos la única región emergente que envejece sin haber resuelto antes problemas centrales, como la pobreza o la desnutrición”, dijo Díaz-Granados esta semana en una entrevista con EL PAÍS. “El bono demográfico no nos está acompañando ya con la misma fuerza que 30 o 40 años atrás”.
La región debe buscar, además, ese desarrollo sostenible en un contexto de crisis climática, en el que la biodiversidad regional puede ser una importante fuente de soluciones. Por eso, en el foro se debatirá, entre otras cosas, sobre la necesidad de que el sector privado invierta más y mejor, cuál debe ser el rol de los emprendedores, y el potencial que tienen los países latinoamericanos para acelerar la transición energética.
Según el informe Global Electricity Review, la región logró generar el 62% de su electricidad a partir de las energías renovables, el doble que el promedio mundial. Análisis publicados por CAF también han advertido de que las transiciones energéticas que atraviese la región no pueden ser modelos importados o heredados, sino bajo las lógicas propias.
“Nos hemos estancado y no hemos completado el viaje hacia el desarrollo”, advierte Díaz-Granados, quien considera que América Latina tiene el reto de hacerlo “con unos mayores compromisos ambientales que quienes lograron salir de esa trampa en su momento”. Para ello, en Panamá se hablará de economía circular, emprendimientos sostenibles e innovadores, inclusión financiera mediante tecnología, y conectividad para el desarrollo regional, además de la integración aérea y portuaria.
Por todo esto, no es casual que CAF haya elegido Panamá como sede de este evento que quiere convertir en una cita anual. “Es el lugar idóneo: desde su ubicación estratégica, extraordinaria logística y servicios de primer nivel”, destaca Díaz-Granados. Sin duda, no son tiempos fáciles para América Latina y el Caribe, pero el banco de desarrollo quiere ofrecer un punto de encuentro que ayude a hablar de lo que se puede hacer para que la economía de la región crezca y repercuta en el bienestar de todos.