Tegucigalpa – La deforestación en La Mosquitia, una de las áreas naturales más importantes de Honduras, ha alcanzado cifras alarmantes, ascendiendo a 36 mil hectáreas de bosque, según declaraciones del ministro del Instituto de Conservación Forestal (ICF), Luis Soliz.
Este fenómeno devastador se atribuye principalmente a la actividad del narcotráfico, que ha afectado considerablemente la reserva del Río Plátano, especialmente en la zona norte de la región.
A pesar de los esfuerzos del Estado, Soliz señaló que los recursos actuales no son suficientes para hacer frente a la complejidad de la situación.
No obstante, resaltó que en la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), se logró obtener respaldo de organismos cooperantes para el Programa Andrés Tamayo, una iniciativa destinada a abordar los desafíos ambientales en la región.
La Mosquitia, conocida por su rica biodiversidad y su papel crucial en la captura de carbono, ha experimentado una pérdida significativa de su cobertura forestal, estimada en un 25% en menos de una década.
La narcoactividad ha sido un factor determinante en este cambio de uso de suelo, y la cifra de 36 mil hectáreas afectadas destaca la magnitud del impacto ambiental.
Soliz hizo hincapié en la importancia de la intervención gubernamental para frenar la deforestación, pero admitió que la lucha es compleja.
En relación a la llamada «narcocarretera» entre Dulce Nombre de Culmí y Krausirpi, informó que está detenida, pero se intenta rehabilitar anualmente. Los batallones verdes, una iniciativa gubernamental, están trabajando para evitar la construcción de nuevos ramales que conllevarían más deforestación.
Para abordar de manera más eficiente los delitos ambientales, el ministro sugirió la instalación de juzgados ambientales, proporcionando una vía expedita para perseguir y sancionar aquellos actos que amenazan la integridad ambiental de La Mosquitia.