El Paraíso – Este sábado, se llevó a cabo una significativa reanudación de las visitas en varios recintos penitenciarios de máxima seguridad que previamente habían sido escenarios de violencia en los últimos meses.
Las cárceles de Ilama en Santa Bárbara (conocida como «El Pozo»), Morocelí en El Paraíso (conocida como «La Tolva») y Támara en Francisco Morazán abrieron nuevamente sus puertas para recibir a los familiares de las personas privadas de libertad, en un proceso que se realizó de manera ordenada y respetando estrictamente las instrucciones dadas por las autoridades en cumplimiento de las leyes y reglamentos del Instituto Nacional Penitenciario (INP).
El reencuentro entre los privados de libertad y sus seres queridos estuvo marcado por la emoción, los besos y abrazos que habían estado ausentes durante varios meses debido a los violentos acontecimientos que tuvieron lugar en el mes de abril. La intervención del INP, liderada por la Policía Militar del Orden Público (PMOP) y siguiendo las directrices del Poder Ejecutivo mediante el PCM 28-2023, permitió restablecer el orden y control en estas cárceles, allanando el camino para que las visitas se desarrollaran en un ambiente de paz, seguridad, tranquilidad y armonía.
Es importante resaltar que la reanudación de las visitas representa un paso significativo en la búsqueda de soluciones a la problemática de seguridad penitenciaria en el país. Las autoridades han trabajado incansablemente para implementar medidas que salvaguarden tanto la seguridad de los reclusos como la de sus familiares durante estas visitas, garantizando un espacio donde el afecto y el apoyo emocional puedan prevalecer.
Si bien la reanudación de las visitas es un indicador positivo del progreso, también subraya la necesidad de continuar con esfuerzos para abordar los desafíos estructurales dentro del sistema penitenciario hondureño.
Es fundamental implementar políticas y programas que promuevan la rehabilitación efectiva de los reclusos y reduzcan la violencia y el hacinamiento en las cárceles. La colaboración entre las autoridades, organizaciones de derechos humanos y la sociedad en general será clave para mantener un ambiente seguro y humano dentro de estas prisiones de máxima seguridad en Honduras.