Tegucigalpa – El expresidente de Honduras, Porfirio Lobo (2010-2014), declaró que su familia continúa siendo víctima de persecución por jueces oriundos del departamento de Lempira, porque fallaron en contra de su esposa, Rosa Elena Bonilla.
La exprimera dama fue condenada por un Tribunal de Sentencia, al encontrarla otra vez culpable por delitos de corrupción.
“Ellos contravinieron una sentencia firme de la Sala de lo Penal, vamos a hacer todo lo que corresponda, pero se sigue violentando la ley en Honduras”, arguyó.
“Estamos siendo todavía perseguidos por la gente de Lempira, son restos de lo mismo, hay que seguir la hebra, no nos perdamos”, enfatizó.
Finalmente, lamentó que la familia Lobo-Bonilla vuelve a sufrir una separación y son los menores los que sufren las mayores consecuencias.
No está claro si con sus declaraciones se refería a una posible influencia sobre los jueces del también expresidente y ahora extraditable, Juan Orlando Hernández, quien nació en Lempira.
Lobo y Hernández tuvieron diferencias políticas, pese a ser del Partido Nacional, no obstante, ha reiterado que Hernández, fue quien entregó a su esposa a la justicia.
El Tribunal de Sentencia designado, por unanimidad de votos, declaró culpable a Rosa Elena Bonilla como coautora del delito de fraude continuado y apropiación indebida continuada, luego de la repetición del juicio en el caso de corrupción denominado “Caja Chica de la Dama”.
Del mismo modo, se declaró culpable al exsecretario privado de Rosa Elena, Saúl Escobar, como coautor del delito de fraude continuado.
Después de la resolución, Rosa Elena de Lobo fue enviada a la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social, en Támara, Francisco Morazán, tras revocarle la libertad condicional por la anulación del primer juicio, pues fue declarada culpable en 2020 bajo las mismas circunstancias.
