Tegucigalpa – En una noche para el olvido, la Selección de Honduras sucumbió ante el poderío azteca en el Nemesio Diez, donde México demostró su supremacía , cerrando así las aspiraciones catrachas de avanzar a las semifinales de la Liga de Naciones.
El cuadro mexicano, jugando como los verdaderos «gigantes de Concacaf» que son, no dio tregua desde el pitazo inicial. Raúl Jiménez abrió el festín azteca tras capitalizar una brillante jugada de Álvarez, dejando en evidencia las carencias defensivas hondureñas antes del descanso.
El segundo tiempo fue un vendaval mexicano. La altura de Toluca cobró su primera víctima cuando Obregón, quien había sustituido a «El Bicho» Palma, tuvo que ser relevado tras mostrar claros síntomas de agotamiento. Henry Martin, entrando desde el banco, se convirtió en el verdugo catracho con un doblete, mientras Jorge Sánchez puso su firma en esta goleada histórica.
La «H» mostró todas sus debilidades como visitante, quedando en deuda con su afición y encendiendo las alarmas de cara a las eliminatorias mundialistas. El resultado desnuda una realidad preocupante: Honduras se encuentra varios escalones por debajo de sus rivales regionales como Panamá, Costa Rica y Jamaica.
Sin embargo, no todo está perdido. Figuras como Edwin Rodríguez, Deiby Flores, Denil Maldonado, Yustin Arboleda y Josep Rosales emergen como los faros de esperanza para el futuro del combinado catracho. La pregunta ahora es: ¿podrá Honduras reconstruirse a tiempo para la batalla por un boleto al Mundial 2026?
El marcador final no solo refleja cuatro goles en contra, sino también la urgente necesidad de una renovación profunda en el fútbol hondureño si aspira a competir en la élite de la Concacaf.
