El agotamiento puede reducir el rendimiento y la atención, interferir en la toma de decisiones y elevar el número de accidentes.
Por Infobae
La sociedad moderna está sometida a una importante restricción de las horas de sueño, lo que puede interferir con las habilidades cognitivas, la seguridad personal y hacia otras personas y deteriorar la calidad de vida. Las jornadas laborales prolongadas y el trabajo en turnos, son situaciones que pueden interferir con la regulación de funciones indispensables para el buen funcionamiento de nuestro organismo, así como alterar los ciclos del sueño, generando consecuencias negativas en la salud y el bienestar.
Ha sido demostrado que la restricción crónica del sueño, durmiendo seis horas o menos, por noche, produce un déficit en el rendimiento cognitivo equivalente a dos noches de privación total del sueño, lo que genera una “deuda de sueño” que se acumula con el tiempo y que puede perjudicar gravemente la función cognitiva y conductual durante el día, apoyando la idea de que los seres humanos no podemos adaptarnos a la restricción crónica del sueño.
Los médicos residentes están expuestos a jornadas laborales prolongadas y al trabajo en turnos, situación que interfiere con la regulación del sueño, lo que genera consecuencias negativas en varias funciones vitales del organismo.A largo plazo, la falta de sueño y la alteración circadiana pueden provocar graves trastornos de salud como obesidad, diabetes tipo 2, cáncer o enfermedades cardiovasculares.
A corto plazo, una de las principales consecuencias es el cansancio, que, en este contexto, se define como el estado de somnolencia resultante de factores como la hora del día, la duración de la vigilia y cantidad y calidad del sueño previo.
La fatiga puede reducir significativamente el rendimiento, la productividad, la atención, la vigilancia, la comunicación y las habilidades manuales e interfiere con la capacidad de tomar decisiones y de hacer una planificación compleja, lo que a su vez aumenta el riesgo de cometer errores, así como el número de incidentes adversos, accidentes y lesiones.
Los médicos residentes se ven particularmente afectados por las características propias de su trabajo, ya que, junto con las prolongadas jornadas laborales y el trabajo nocturno, tienen una intensa carga académica, para garantizar su formación profesional y frecuentemente realizan más de un trabajo para cubrir sus necesidades básicas.
Esta situación contribuye a aumentar los niveles de estrés, irregularidades en los hábitos de sueño y alteración circadiana. Distintos estudios han demostrado que en los médicos residentes los trastornos del sueño se relacionan con resultados adversos, como fatiga, accidentes automovilísticos, lesiones al manipular elementos cortantes y alteraciones en la atención.
Teniendo en cuenta estos efectos, realizamos junto a un equipo de destacados investigadores, un estudio cuyo objetivo principal fue describir la relación entre las condiciones de trabajo, el sueño, las variables psicoafectivas y los errores médicos.
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