Tegucigalpa. – El ministro de Educación, Arnaldo Bueso, reafirmó este jueves que las tablets electrónicas adquiridas por esa institución son de última generación y aptas para el proceso de enseñanza-aprendizaje de los estudiantes del nivel público en todo el país.
La meta del gobierno a través de la Secretaría de Educación es llegar a 200 mil estudiantes con esa herramienta tecnológica que se apega a los requerimientos internacionales de los nuevos modelos educativos de los que Honduras forma parte.
Ante algunos cuestionamientos sobre el funcionamiento de las tablets electrónicas, Bueso aclaró que los dispositivos que se entregan a los educandos de tercero de ciclo y de educación media son “totalmente nuevas”, y cuentan con procesadores de última generación, así como reúnen todas las características necesarias para el proceso de aprendizaje.
“En la actualidad se ha adquirido un primer lote de cinco mil tablets, de estas más de cuatro mil ya se encuentran en el país y las restantes estarán llegando la segunda semana de abril”, detalló Bueso.
Anunció que en próximos días se realizará una segunda adquisición de unos 28 mil dispositivos electrónicos.
Añadió que además se hará la adquisición de un tercer lote de dispositivos electrónicos mediante un organismo cooperante.
El titular de Educación informó que las primeras tablets se han entregado a estudiantes de los sectores más vulnerables del país, entre ellos los pueblos afrodescendientes y otros, priorizados para que puedan continuar con su enseñanza desde el hogar debido a la pandemia de la Covid-19.
Los dispositivos electrónicos vienen precargados con los contenidos con los que cuenta la Secretaría de Educación para que los educandos puedan seguir con sus clases de manera virtual, aunque no exista conectividad.
“Las tablets poseen las características técnicas suficientes para que los alumnos puedan hacer uso de ellas y aprovechar los recursos disponibles precargados”, remarcó Bueso en declaraciones a distintos medios de comunicación.
“En otras palabras, las tablets ya van con el contenido dentro de ellas, tanto para el tercer de ciclo común, como para educación media y así hacer uso de otras herramientas educativas”, puntualizó el funcionario del Ejecutivo.
El ministro de Educación remarcó que los dispositivos electrónicos entregados a cada estudiante de nivel público disponen de características de última generación, entre ellas:
•Un sistema operativo Android 10.
•Cuentan con procesadores de última generación (SC9832E 4 core 1.3).
•Posee una memoria RAM de 2 GB,
•Contiene un Display de 7.
Pormenorizó que “este primer lote de tablets adquiridas fueron fabricadas en octubre del 2020”, pudiéndose constatar en el número de compilación que trae el dispositivo que se ubica en los ajustes del dispositivo.
“Los dispositivos son fabricados en el momento que son solicitados y los fabricantes trabajan con pedidos arriba de mil dispositivos”, subrayó Bueso.
Añadió que esas herramientas electrónicas pueden conectarse al internet mediante la red Wi-Fi y navegar en distintos sitios sin ninguna dificultad.
“El internet con el que se ha dotado a los estudiantes es exclusivamente para navegar en la plataforma oficial de la Secretaría de Educación, Educatrachos, y los dispositivos electrónicos llevan un bloqueo genérico que se ha establecido por esta dependencia de Estado para que no se descargue contenido que no sea educativo”, recalcó.
Aclaró que en la actualidad los dispositivos no se encuentran en el mercado nacional, dado que la solicitud fue realizada por parte del proveedor directamente al fabricante mediante la oferta y demanda.
“La oferta de equipo tecnológico está limitada porque a nivel mundial hay una demanda alta de diferentes países obteniendo equipos tecnológicos por la misma situación a la que nos llevado la pandemia provocada por la covid-19”, concluyó el funcionario del Ejecutivo.
La adquisición de estas tablets se desarrolla siguiendo la estrategia de países como Uruguay, y con las recomendaciones de cooperantes como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
