Tegucigalpa – El panorama del transporte público en Honduras está experimentando una transformación significativa hacia la modernización, según reveló Wilmer Cálix, destacado dirigente del gremio transportista. En sus declaraciones, Cálix enfatizó que el sector avanza progresivamente en la implementación de sistemas inteligentes, un proceso que debe ir acompañado de políticas gubernamentales estables y duraderas.
«El país y el usuario se merecen un servicio de calidad y de seguridad, pero también hay que tener una visión clara, que estos servicios deben ser sostenibles, no a corto plazo, sino a largo plazo», expresó el dirigente, subrayando la importancia de la continuidad en las políticas del sector.
Una de las principales demandas del gremio transportista es el establecimiento de un marco regulatorio robusto que no esté sujeto a los cambios de gobierno, sino que ofrezca estabilidad por periodos de 10 a 15 años. Esta solicitud busca garantizar que los proyectos de modernización puedan desarrollarse completamente sin verse afectados por transiciones políticas.
En el ámbito de la seguridad, Cálix informó sobre una colaboración estratégica con la Secretaría de Seguridad para implementar un centro de monitoreo de unidades de transporte en la capital. Esta iniciativa forma parte de los esfuerzos para mejorar las condiciones de seguridad tanto para los usuarios como para los operadores del transporte público.
De acuerdo con las proyecciones del dirigente, para finales de 2025 se espera contar con aproximadamente 300 unidades equipadas con sistemas tecnológicos avanzados, lo que representaría un avance significativo en la modernización del sector.
Esta evolución del transporte público hondureño refleja una tendencia regional hacia la digitalización y monitoreo de los servicios públicos, con el objetivo de mejorar la experiencia del usuario y optimizar la gestión de recursos en un sector fundamental para la movilidad urbana del país.