El exmandatario republicano, al que se le está juzgando en una corte de Nueva York, retó una y otra vez a Joe Biden en una comparecencia: «Estoy listo. Solo dime dónde».
Por El Diario de NY
El expresidente Donald Trump aceptó este viernes la propuesta de debate lanzada por el actual jefe del Ejecutivo estadounidense Joe Biden, y propuso que el encuentro se celebre en la Casa Blanca cualquier día entre el lunes y el viernes de la semana que viene.
“Estoy dispuesto a hacerlo el lunes por la noche, el martes por la noche, el miércoles por la noche, el jueves por la noche o el viernes por la noche, en la televisión nacional. Lo haremos en la Casa Blanca. Eso sería muy cómodo en realidad”, afirmó Trump a las afueras del tribunal de Nueva York donde se le juzga por la vía penal.
El exmandatario republicano, al que se le está juzgando en esa corte por falsificar registros contables para comprar el silencio de una actriz porno y proteger su campaña electoral de 2016, retó una y otra vez a Biden en su comparecencia: “Estoy listo. Solo dime dónde”, aseguró para añadir que estaría disponible “incluso esta noche” (del viernes 26).
“Él (Biden) dijo ‘me encantaría debatir’, pero no creo que debata. No creo que tenga esa seguridad. Así están las cosas. Estoy listo, dispuesto y me veo capaz, pero a él no lo veo así. Quizás la semana que viene acepte, pero lo dudo”, expresó Trump.
Además, volvió a referirse al proceso que tiene abierto en el tribunal de Nueva York, que concluyó este viernes su segunda semana, como un “ataque” en su contra con motivaciones políticas y “bien coordinado”.
“Estoy aquí por una acusación de Biden para tratar de ganar las elecciones. Yo lo invité a que viniera al tribunal”, comentó el político republicano.
En cuanto a la propuesta de Joe Biden, es la primera vez que el presidente dice explícitamente que está por la labor de sentarse a debatir con Donald Trump, ya que anteriormente evitó comprometerse y había condicionado su participación en los debates al “comportamiento” de su futuro rival republicano.
Hasta ahora, la campaña del mandatario demócrata había puesto en duda la capacidad del magnate estadounidense para respetar las normas establecidas en un eventual debate y, hasta el momento, su campaña no había concretado ningún plan al respecto.