La Ceiba – El domingo pasado, la comunidad de La Unión en el municipio de El Porvenir, departamento de Atlántida, Honduras, fue testigo de un trágico tiroteo que se cobró la vida de dos personas. Estos individuos, identificados como Darwin Josué Mayorquin, conocido como “El Monky”, de 30 años, y otro individuo conocido como Henry, apodado “El Picudo”, tuvieron un enfrentamiento armado que resultó en su fallecimiento.
Ambos hombres eran miembros de una estructura criminal y aparentemente estaban discutiendo cuando la situación escaló rápidamente hacia un intercambio mortal de disparos. Uno de los cuerpos fue encontrado bajo un árbol de almendra, sosteniendo una pistola de nueve milímetros en sus manos, mientras que el otro fue hallado en el interior de una vivienda.
Este trágico episodio es un sombrío recordatorio de la violencia que afecta a Honduras, donde, según datos del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH), un promedio de 10 personas pierden la vida diariamente en actos violentos.
Esta es una problemática que sigue siendo un desafío importante para el país y que requiere una atención continua y esfuerzos para abordar las causas subyacentes de la violencia y mejorar la seguridad de la comunidad.