Tegucigalpa – En lo que va del presente año, Honduras se enfrenta a una escalofriante realidad con el reporte de 609 muertes violentas de personas menores de 30 años, lo que equivale a un promedio de dos víctimas diarias y alrededor de 60 al mes.
Estas desgarradoras cifras fueron compartidas por Jimmy Alvarenga, coordinador de Programas y Proyectos de la Coordinación de Instituciones Privadas por las Niñas, Niños, Adolescentes, Jóvenes y sus Derechos (Coiproden).
Según los datos revelados, solo en el mes de octubre se registraron 58 víctimas mortales, enfatizando la gravedad de la situación. De este grupo, el 86% correspondía a jóvenes entre los 18 y 30 años, mientras que el 14% eran niñas y niños de 0 a 17 años.
La desigualdad de género también se refleja en estos trágicos eventos, ya que el 86% de las víctimas eran hombres y el 14% mujeres.
El acumulado de enero a octubre de 2023 revela una escalada alarmante con un total de 609 víctimas. Estas cifras representan un aumento del 21%, equivalente a 126 muertes más en comparación con el mismo período en 2022, cuando se contabilizaron 483 víctimas en los primeros diez meses del año.
Los departamentos más afectados por estos hechos violentos son Francisco Morazán, Cortés y Olancho, donde la violencia parece estar cobrando un precio desproporcionado en la vida de los jóvenes hondureños.
Este sombrío panorama pone de manifiesto la urgente necesidad de abordar de manera integral los factores que contribuyen a esta ola de violencia, brindando soluciones efectivas para proteger la vida y el bienestar de la juventud hondureña.
