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Júbilo en aldea hondureña El Santuario que esperó dos siglos para tener electricidad en casa

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El Santuario – El júbilo embarga a los 600 habitantes de la aldea El Santuario, departamento de Choluteca, en el sur de Honduras, porque recién han conocido el bienestar de tener energía eléctrica en su casa, lo que esperaron durante dos siglos, según sus propios relatos.

«A los 200 años pudimos gozar de este gran beneficio que tenemos hoy, nos sentimos alegres tanto los que vivimos acá como los familiares que se han ido de la comunidad y hoy quieren regresar», dijo a EFE el expresidente de la Empresa de Servicios Múltiples Unidad Fe y Esperanza, de El Santuario, Concepción Martínez.

La energía, con paneles solares y biomasa, que tanto añoró la gente humilde y laboriosa de El Santuario, es un proyecto ejecutado con fondos de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid), en conjunto con la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), que se inició hace unos tres años.

«Más guapa», libre del humo de un fogón en la cocina

La energía en El Santuario le ha cambiado la vida a su población, que ahora dispone de refrigeradores para conservar sus alimentos y medicinas; pueden cargar sus teléfonos celulares y entretenerse con la televisión, entre otras cosas.

Los viejos fogones para cocinar los alimentos, que además representaban un alto consumo de leña y contaminación, ya son cosas del pasado con la llegada de la electricidad, la que además ha hecho que Ondina Yamileth se sienta «más guapa», porque su cuerpo ya no se impregna del humo negro y tóxico que despedía la madera de ocote cuando preparaba los alimentos para su familia.

«Cuando no teníamos energía era muy difícil porque nuestros niños no podían hacer las tareas; en cambio, nosotras pues hoy nos vemos más guapas porque ya no vivimos con el humo del ocote, ni del candil», dijo el pasado jueves una emocionada Ondina Yamileth, durante la entrega del proyecto de energía a los habitantes de El Santuario.

A la entrega del proyecto, en una pequeña plaza frente a la iglesia de El Santuario, asistieron autoridades de las Secretarías de Recursos Naturales y Ambiente; el director de la Aecid en Tegucigalpa, Francisco Tomás, y el director del Instituto de Ingeniería Energética de la UPV, Tomás Gómez, entre otros invitados.

Ondina Yamileth subrayó que están «alegres» por tener la energía, algo que miraban «a muy largo plazo» porque otras instituciones, gubernamentales, «solo nos visitaban, nos mentían, hacían brechas y decían por aquí va a pasar el poste de la luz, que nunca pasó».

Para la gente de El Santuario es absurdo que estando a 40 kilómetros de la ciudad de Choluteca, la más importante en el sur de Honduras, ningún Gobierno les haya llevado la energía eléctrica.

Ondina Yamileth aprovechó para pedirle al Gobierno que preside Xiomara Castro que «no nos abandone solo porque ya tenemos este proyecto», y recordó que El Santuario es una comunidad muy pobre.

«Necesitamos mucho, sigan fijándose en nosotros que somos un poblado remoto. No nos abandonen, colaboren con nosotros», recalcó.

Gómez explicó a EFE que lo que han hecho es «combinar la energía solar con biomasa para generar un suministro de electricidad continuo en alterno», que brinda el servicio a una comunidad rural de unos 600 beneficiarios, en unas 80 casas, haciendo uso de recursos locales y el apoyo de la comunidad organizada.

Agregó que proyectos como el de El Santuario pueden cubrir una demanda de energía en comunidades muy lejanas a las redes del servicio público.

El costo del proyecto es de unos 250.000 euros (264.930 dólares) y tiene distintos componentes, como el equipamiento, la asistencia técnica, el montaje de los equipos y la capacitación de personal, que en el caso de El Santuario han sido al menos cuatro operarios, de los que tres son mujeres para mantener el equipo en funcionamiento, indicó a EFE Tomás.

Añadió que se trata de un proyecto de la convocatoria de innovación de la Cooperación Española en el que se intenta resolver el problema de agua, alimentación y energía a través de una idea novedosa vinculada con el tema energético, combinando energía solar fotovoltaica con un «gasificador».

El «gasificador», que produce electricidad con desechos de madera, es una fuente alternativa cuando la energía solar no funciona, subrayó.

La alegría con el nuevo proyecto también inunda la casa de Albertina Martínez, quien dijo a EFE que antes, cuando el viento soplaba fuerte, les apagaba los candiles para alumbrarse. Eso le obligaba a encender «una rajita de ocote», cuyo humo tóxico inevitablemente inhalaban.

«Estamos alegres porque también hemos mejorado la salud, ya no sufro de tos que creo que era por el humo. Antes traíamos los alimentos y se nos arruinaban. Ahora tenemos aunque sea televisión para estarse divirtiendo. Nunca habíamos tenido energía, por eso estamos alegres», expresó Martínez. 

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