Las autoridades judiciales estadounidenses afirman que el exmandatario hondureño usó a la Policía, el Ejército y el sistema judicial de su país para “amasar” dinero y ayudar a los narcotraficantes.
Por El País
El juicio que se lleva a cabo en Nueva York contra el expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández ha comenzado con explosivas incriminaciones por parte de la fiscalía. Las autoridades estadounidenses han acusado este miércoles al exmandatario de haber usado a la Policía, el Ejército y el sistema judicial de su país para “proteger” a narcotraficantes y “amasar” una fortuna. “Ese hombre [Hernández] envío toneladas y toneladas de cocaína a Estados Unidos”, afirmó con beligerancia el representante de la fiscalía, David Robles. “Usó su poder para proteger a los narcotraficantes y recibir a cambio mucho dinero”, sostuvo. El funcionario anunció que a lo largo del juicio presentará las pruebas que respaldan su acusación, mientras que la defensa del político hondureño ha desestimado los señalamientos.
El juicio comenzó el martes en la ciudad estadounidense con la selección de las personas que formarán el jurado y que escucharán los alegatos de ambas partes para luego decidir el futuro del exmandatario hondureño, detenido en su casa de Tegucigalpa en febrero de 2022 horas después de que Washington solicitara su extradición. Estados Unidos ha acusado a JOH (como se le conoce en Honduras) de introducir a ese país miles de kilos de cocaína provenientes de Colombia durante el periodo en que fue presidente (2014-2022). Hernández fue detenido dos semanas después de que acabara su mandato y entregara el mando del país centroamericano a la actual presidenta, Xiomara Castro. La mandataria no se ha pronunciado sobre el proceso que se lleva a cabo en los juzgados neoyorquinos.
Quien sí ha alzado la voz es el esposo de Castro, el también expresidente Manuel Zelaya. El político expulsado del poder por un golpe de Estado en 2009 y desterrado a Costa Rica se ha defendido a través de su cuenta de X (antes Twitter) de los señalamientos hechos por uno de los testigos presentados por la fiscalía, que lo ha acusado de recibir cheques del crimen organizado para financiar su campaña política. El mismo testigo también ha dicho que el expresidente Porfirio Lobo aceptó financiamiento de grupos criminales. “No he recibido nunca, ni personalmente ni en mi cuenta, dinero ni cheques, ni durante mi campaña de hace 19 años en el 2005, ni posteriormente en la presidencia, durante el exilio, o en la resistencia”, ha afirmado Zelaya. Lobo negó por su parte las acusaciones.
El testigo presentado por la fiscalía, cuya identidad ha sido preservada pero que medios hondureños nombran como un “contador” que estuvo presente en supuestas reuniones que JOH mantuvo durante su campaña presidencial con narcotraficantes, ha asegurado que el exmandatario protegió al narco Geovanny Fuentes “para meter droga por las narices a los gringos”. Las autoridades estadounidenses acusan a Hernández de montar todo un entramado en Honduras para lograr que cárteles como el de Sinaloa introdujeran la droga al país con el respaldo de policías, militares e integrantes del sistema judicial. “Con ayuda de organizaciones poderosas como el cártel de Sinaloa [Hernández] se convirtió en un hombre poderoso que abusó de ese poder para enviar droga a EE UU sin miedo ni consecuencias”, ha asegurado el representante de la fiscalía neoyorquina.
El juicio contra JOH ha despertado una gran expectativa en Honduras, un país sumido en la violencia desatada por organizaciones del crimen organizado y las pandillas y que cuenta con una de las tasas de pobreza más altas del continente. Durante los primeros días del proceso, decenas de personas han protestado contra el exmandatario en las cercanías del juzgado de Nueva York, exigiendo a la justicia que le condene. Un juez de la corte federal de Manhattan condenó en marzo de 2021 a cadena perpetua más otros treinta años de cárcel a Juan Antonio Tony Hernández, hermano del expresidente de Honduras.