Tegucigalpa – Según la directora del Observatorio de Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Migdonia Ayestas, la situación de violencia contra las mujeres en el país es alarmante.
Con más de 90 casos de muertes violentas en lo que va del año, la impunidad sigue siendo un problema creciente, especialmente en los recientes femicidios.
Con la cercanía del mes de mayo, dedicado a las madres, la preocupación por la seguridad de las mujeres aumenta, ya que continúan siendo víctimas de violencia que atenta contra su integridad física y psicológica, así como contra sus derechos humanos.
Las atrocidades que se cometen contra estas mujeres son inhumanas y crueles: mutilaciones, decapitaciones, ataques con ácido y quemaduras son solo algunas de las formas en que se les arrebata la vida.
Estas cifras reflejan una realidad desgarradora y exigen una acción inmediata por parte de las autoridades.
Ayestas destaca que, aunque se haya reducido el número de muertes en comparación con el año pasado, la impunidad sigue siendo un obstáculo significativo. La mayoría de estos casos nunca llegan a ser resueltos judicialmente, lo que refleja una tasa de impunidad alarmante del 95%.
Es fundamental que los operadores de justicia redoblen sus esfuerzos para investigar y procesar a los responsables de estos crímenes atroces.
La sociedad hondureña exige justicia para estas mujeres y un fin a la impunidad que las rodea. Es hora de que los perpetradores rindan cuentas y enfrenten las consecuencias de sus acciones.