Tegucigalpa – El panorama migratorio en Honduras ha dado un giro dramático en los primeros 23 días de 2025, según revelan las últimas estadísticas del Instituto Nacional de Migración (INM).
Con 3,285 hondureños deportados en este corto período, equivalente a 143 personas diarias, las proyecciones indican que el país podría enfrentar el retorno forzado de aproximadamente 53,000 connacionales durante este año, superando significativamente los 39,632 casos registrados en 2024.
La intensificación de las deportaciones coincide con las nuevas medidas migratorias implementadas por el presidente Donald Trump, quien ha iniciado una agresiva campaña de detenciones. El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) ya reporta 538 arrestos y 373 órdenes de detención, incluyendo la captura de 308 inmigrantes catalogados como «graves criminales».
El vicecanciller para Asuntos Consulares y Migratorios de Honduras, Antonio García, confirmó que entre los detenidos se encuentra un hondureño, quien será deportado en vuelo chárter. Esta situación marca el inicio de lo que podría convertirse en una oleada sin precedentes de deportaciones.
La Organización No Gubernamental Jóvenes Contra la Violencia advierte que el impacto más severo recaerá sobre la población menor de 30 años. Según Cristóbal Pérez, representante de la organización, esta situación es particularmente preocupante dado que afectará a personas en edad económicamente productiva que, al regresar, enfrentarán un país con limitadas oportunidades laborales.
Las autoridades hondureñas reconocen que, aunque aún no se experimenta un retorno masivo, están preparando un plan de contingencia para atender a los miles de connacionales que podrían ser expulsados de Estados Unidos.
Sin embargo, existe preocupación sobre la capacidad del país para garantizar un retorno seguro, especialmente considerando que muchos de estos jóvenes emigraron huyendo de la violencia de las maras y pandillas.
La Casa Blanca ha calificado estas primeras operaciones como «un pequeño adelanto» de su política migratoria, sugiriendo que las deportaciones podrían intensificarse en los próximos meses, lo que plantea un desafío significativo para Honduras en términos de reintegración social y económica de los retornados.