Bilbao. – Un Athletic dinámico y alegre, refrescado por Marcelino con la entrada de elementos como Vesga, Unai López y Berenguer, le dio un repaso a un Cádiz en plena crisis de identidad futbolística.
El plan la salió a la perfección a Marcelino, que no dudó en buscar a su rival desde el minuto uno, consciente de las dudas que asolan al equipo andaluz, que llegó al partido con tres derrotas consecutivas y 11 goles encajados en esos tres choques. Ahora, con 24 puntos, ve a tres la zona de descenso.
La cara de Álvaro Cervera en la banda fue un auténtico poema ante el desplome de un equipo ha entrado en una fase delicada después de haber mostrado una faceta muy competitiva en el primer tramo del curso.
El Athletic, impulsado por el efecto de Marcelino, realizó un primer tiempo impecable, ganando 0-3 al descanso gracias a su capacidad para convertir en gol su dominio y buen juego.
Goles de muy buena factura de Berenguer y Unai López, los hombres por los que apostó Marcelino. Cervera hizo hasta cuatro cambios de una tacada al descanso. No sirvió de mucho. Williams hizo el cuarto sin que el Cádiz mostrara ningún síntoma de rebelión, entregado a su triste destino en un partido para olvidar.
El Athletic, por su parte, recupera la senda del triunfo en LaLiga de manera brillante y mantiene opciones de pelear por la séptima plaza, que puede ser europea.
El Athletic, pura vitalidad, sometió al Cádiz a un acoso brutal, que se tradujo en dos llegadas en el primer minuto de partido. El dominio y el buen fútbol del conjunto vasco se tradujeron en goles gracias a la facilidad anotadora de Berenguer y la deficiente colocación y falta de contundencia de la zaga del Cádiz. A los cinco minutos, Berenguer convirtió en gol una dejada deliciosa de Williams. Delicioso fue también el regate del extremo a Alcalá, así como su definición ante Ledesma.
El 0-1 plasmó pronto la enorme superioridad del Athletic ante un Cádiz absolutamente superado por las circunstancias. Muniain ejerció de pasador (con un partidazo) y también recibió una falta que propició el 0-2 a los 15 minutos. El golpeo de Unai López fue excelente y el Athletic marcaba dos goles fuera de casa en un cuarto de hora seis años después.
La última vez que lo hizo fue en un partido de Copa que acabó 2-4 ante el Celta y en el que marcaron en ese periodo San José y Aduriz.
El Cádiz, descolocado y sin balón, se convirtió en un saco de recibir golpes. A los 36 minutos, un gran pase de Muniain habilitó a Berenguer, que hizo el tercero tras un reverso y un sutil toque ante Ledesma. La pasividad de la zaga andaluza fue llamativa, como también la calidad en la ejecución del extremo, que consumaba su doblete.
El Athletic, desatado y alegre, no se detuvo ante un Cádiz sin respuesta. Ledesma salvó un remate de Williams y todavía Vesga remató fuera por muy poco en un buen remate de cabeza. Huérfano de las señas de identidad que le habían hecho ser un equipo fiable, el Cádiz se había desmoronado en un primer tiempo donde ofreció señales inquietantes. Su ausencia de contundencia y la falta de intensidad le pueden condenar a sufrir mucho ahora que llega el tramo decisivo de la temporada.
Los números al descanso fueron evidentes: nueve remates del Athletic por uno del Cádiz hablaban a las claras de la superioridad visitante.
Cervera, desesperado, hizo cuatro cambios al descanso. Cambió toda la zona de ataque de su equipo con la intención de buscar, al menos, una cierta reacción. Se encontró con un golazo de Williams tras una gran carrera del delantero. Con el partido más que resuelto Marcelino aprovechó también para hacer cambios y refrescar a su equipo. El Cádiz, roto, pudo incluso recibir más goles en una triste y ventosa noche de febrero.
