Tegucigalpa – La tensión se intensifica en el departamento de Gracias a Dios, Honduras, donde comunidades misquitas han iniciado una serie de protestas contra el proyecto gubernamental de construir una megacárcel en la zona de Mocorón, Puerto Lempira.
El complejo penitenciario, con capacidad prevista para 20 mil privados de libertad, ha generado un rechazo unánime entre los pobladores locales.
Los dirigentes de las organizaciones misquitas y consejos territoriales han establecido una presencia permanente en el sitio designado para la construcción, manifestando su oposición al proyecto mediante protestas pacíficas.
Como parte de sus acciones de resistencia, los manifestantes han desplegado mantas con mensajes claros que expresan su rechazo: «No a la cárcel en Mocorón».
La principal preocupación de los pobladores radica en el impacto que esta infraestructura penitenciaria podría tener en su territorio ancestral. Los líderes comunitarios argumentan que la instalación no solo alteraría significativamente la dinámica social de la región, sino que también podría generar problemas de seguridad y afectar negativamente a las comunidades circundantes.
Las organizaciones indígenas han manifestado su determinación de mantener la resistencia hasta que el gobierno reconsidere la ubicación del proyecto, defendiendo así la integridad de sus territorios ancestrales y el derecho a decidir sobre el desarrollo de su región.