Desde su impacto en la cultura y la economía hasta su cercanía emocional con el público, los especialistas postularon por qué vibra en todo el mundo el nombre de la artista.
Por Infobae
En el vasto universo de la música, pocas estrellas brillan con tanta intensidad como Taylor Swift. Su trayectoria, que abarca desde sus raíces en el country hasta su actual dominio en el pop, es testimonio de su habilidad para evolucionar y mantenerse relevante.
Swift, oriunda de West Reading, Pensilvania, nacida en 1989, ha logrado un impacto en la industria musical que pocos pueden igualar. Desde sus inicios, su vulnerabilidad en las letras de las canciones le permitió establecer una conexión profunda con millones de jóvenes alrededor del mundo. Esta chica que comenzó cantando sobre historias de amor en pueblos pequeños se transformó en una mujer que decidió regrabar toda su obra, demostrando su fortaleza y determinación artística para evitar que la industria invadiera su creatividad.
Swift destaca como compositora creando piezas que, independientemente del contexto, resuenan por sus melodías y letras perspicaces. En el panorama musical actual, hay muchas figuras destacadas, tanto mujeres como hombres, pero Taylor Swift tiene un lugar especial, respaldado por un grupo de fans inigualablemente leales y apasionados.
Pero, ¿qué es lo que realmente distingue a Swift y por qué su nombre resuena en todo el planeta? Para responder a esta pregunta, un artículo institucional de la Universidad de Harvard reunió las reflexiones de expertos que ofrecieron sus perspectivas sobre el impacto y la relevancia de esta artista.
En primer término, Stephanie Burt, profesora de inglés en Harvard, no dudó en elogiar la habilidad de Swift como compositora. “Tiene un oído fantástico en cuanto a cómo encajan las palabras”, comentó Burt. Y subrayó: “Tiene el sentido de escribir canciones que transmiten un sentimiento que puede hacerte imaginar que realmente son los propios sentimientos del compositor, como en el tema ‘We Are Never Ever Getting Back Together’. También tiene una forma especial de contar historias y crear personajes: puede escribir canciones que tienen lugar en un momento específico, y puede hacer otras donde el éxito de los versos te relata una serie de eventos, como en ‘Betty’ o en ‘Fifteen’”.
En segundo lugar, Burt aportó: “Taylor tiene muchos dones diferentes como compositora, tanto a nivel macro, en cómo la canción cuenta una historia o presenta una actitud, como a nivel micro, en cómo las vocales y las consonantes encajan juntas. A su vez, ella posee una gran cantidad de dones melódicos que no la hacen parecer intelectual ni alejada de los miembros de la audiencia. No me sorprendió descubrir que su composición en conjunto tenía una mayor cantidad de palabras que cualquier cuerpo de canciones exitosas comparables, excepto alguien como Bob Dylan”.
La conexión emocional que Swift establece con sus fans es otro factor que la distingue de otros músicos, según Alexandra Gold, becaria clínica en psicología de la Escuela Médica de Harvard. “Hay un fuerte vínculo social y emocional que las personas sienten con ella. Y, en general, cuando la gente se vuelves superfan de alguien, a menudo es porque hay algo en el objeto de la figura pública o celebridad que se conecta con su identidad. Ese es a menudo el enlace para este fenómeno”, dijo Gold.
Y destacó “el contenido de las letras de Swift, así como las emociones que subyacen al contenido de las canciones, que identifican a mucha gente. Hay algo en sus creaciones que es muy común y cercano a la experiencia humana”.
“Para la Generación Z -siguió Gold-, durante la pandemia, hubo mucho contenido de redes sociales sobre Taylor, que en aquel entonces estaba sacando muchos álbumes, por lo que una nueva generación la descubrió. En general, ella ha sido muy importante para el desarrollo y el crecimiento de la identidad de muchas personas”.
Desde un punto de vista económico, los conciertos de Swift son más que un espectáculo: son “un motor de la economía”. Así lo describió Matthew Andrews, especialista y docente de la Harvard Kennedy School. “Estos números, creo, son completamente precisos”, afirmó Andrews, refiriéndose a las estimaciones de que los conciertos de Swift en su gira actual tendrán un impacto económico total de $5 mil millones de dólares en las ciudades anfitrionas.
Una de ellas, cabe recordar, será Buenos Aires. La artista anunció meses atrás que su gira “The Eras Tour” llegará al país el 9 y 10 de noviembre para resonar sus canciones en el estadio de River Plate.
“Las ganancias de las giras de Swift son los tipos de ganancias que ves en un evento como el Super Bowl. Lo sorprendente del concierto de Taylor, en particular, es que va de ciudad en ciudad y ves el mismo tipo de impacto en una ciudad tras otra. También lo ves con otros músicos, pero esto es algo que está en una escala y una consistencia que realmente no hemos visto antes”, analizó Andrews.
Y sumó: “Los principales beneficiarios de aquella dinámica en el sector privado son las personas involucradas en la red de apoyo en torno a la industria del entretenimiento, por lo que los grandes ganadores serán hoteles, restaurantes y agencias de turismo, entre otros”.
A su turno, Ralph Jaccodine, profesor asistente de gestión y empresas musicales en el Berklee College of Music, resaltó otro aspecto crucial en la carrera de Swift: su habilidad para ofrecer actuaciones en vivo inolvidables. “Si vas a hablar de Taylor Swift, tienes que hablar del poder de las grandes canciones y de su capacidad para cautivar al público en vivo. Más allá de las plataformas de streaming, la música en vivo sigue siendo una experiencia insustituible”, señaló Jaccodine.
Pero Swift no es solo música. A lo largo de su carrera, ha utilizado su notoriedad para abordar temas importantes en la industria, como la compensación económica de los artistas y los derechos de grabación. Es que la cantante, al inicio de su carrera, no tenía propiedad sobre las versiones originales de sus canciones, por lo que optó por volver a grabar sus álbumes y obtener pleno dominio sobre su obra musical.