Tegucigalpa – El mensaje principal de la Iglesia Católica en Honduras este domingo de Pascua fue que Cristo realmente ha resucitado, e instó a la población a poner fin a la autoglorificación y compartir la gloria de Cristo.
En la Catedral Metropolitana San Miguel Arcángel de Tegucigalpa, la Misa del Domingo de Resurrección de Tegucigalpa fue oficiada por el Arzobispo de Tegucigalpa, José Vicente Nácher, quien hizo esta declaración.
El arzobispo de Tegucigalpa reflexionó: “Cuanto esfuerzo inútil y dañino nos ahorraremos si renunciamos a la vanagloria y participamos en la gloria de Cristo”.
Describió cómo la vanidad es un pecado cuyo castigo es la muerte. El religioso pronunció: “llega por que deseamos ser glorificados en nosotros mismos, es lo que llamamos vanagloria, misma que se desvanece porque la damos nosotros mismos, ese es el pecado”.
Dejamos de sufrir, prosiguió, porque todo se convierte en gracia cuando la gloria no es la propia sino una participación en la gloria de Jesucristo.
Insistió en que gran parte de nuestro sufrimiento es el resultado de nuestra propia arrogancia.
La Biblia es un libro vivo que transforma nuestra vida diaria en lugar de simplemente proporcionar ideas para llenar bibliotecas.
Hizo hincapié en que para participar de la gloria del Hijo de Dios, uno debe renunciar a la glorificación propia.
Destacó que el triunfo de la Pascua “Nuestras antiguas aspiraciones quedan infinitamente superadas por la victoria de la Pascua”.
Porque caminamos hacia el cielo, razonó, hemos renacido en Cristo después de vivir la Semana Santa y somos, por tanto, criaturas nuevas que no temen a la tierra.
Concluyó instándolos a difundir la noticia de que Jesús realmente había resucitado.
