Tegucigalpa – La desaceleración económica en Estados Unidos, motivada principalmente por la inflación, ha generado un vaivén en los envíos de remesas a Honduras. Aunque en 2023 se registró un incremento del 5.7% en comparación con el año anterior, con un total de 9,177.5 millones de dólares, los primeros meses de 2024 muestran una ligera disminución del 0.9%.
Sin embargo, un análisis más reciente revela un repunte, con un crecimiento interanual del 3.7% hasta el 25 de abril, totalizando 2,840.5 millones de dólares enviados al país.
Estos cambios están intrínsecamente ligados a la situación económica de Estados Unidos, principal fuente de remesas para Honduras. La inflación persistente ha llevado a la Reserva Federal a mantener las tasas de interés sin cambios, lo que ha impactado en la confianza de los migrantes para enviar remesas.
Expertos como Claudio Salgado advierten que el crecimiento futuro de las remesas dependerá en gran medida de la recuperación económica en Estados Unidos y su capacidad para reducir la inflación y fomentar la inversión y el empleo.
En el contexto hondureño, las remesas desempeñan un papel crucial, representando alrededor del 26% del producto interno bruto (PIB) y siendo un importante sostén para muchas familias.
Sin embargo, la excesiva dependencia de las remesas como fuente de ingresos plantea desafíos, especialmente en términos de desarrollo económico sostenible.
Líderes empresariales como Alejandro Kaffati señalan la necesidad de promover la inversión extranjera y mejorar el clima de negocios en Honduras para reducir la dependencia de las remesas y fomentar un crecimiento económico más equitativo y sostenible.
En resumen, el panorama económico de Honduras está estrechamente vinculado a los vaivenes de la economía estadounidense, lo que destaca la importancia de políticas económicas y de inversión que impulsen el desarrollo interno y reduzcan la vulnerabilidad ante factores externos.